- Las horas que dedicaba a leer de tirón cada vez son menos continuas, a la mínima duda me levanto y consulto cualquier párrafo subrayado de un libro de referencia en mi biblioteca que me lleva a otro libro y a otro párrafo señalado con un asterisco que me lleva a unas fotocopias que tengo archivadas en una carpeta,... Es decir, mi biblioteca está llena de hipervínculos imaginarios que me transportan de un extremo a otro del despacho según mi interés, mejorando sin duda mi forma física.
- No uso apenas la hermosa enciclopedia de más de 20 tomos que protege mi espalda y da un color uniforme a varias estanterías de mi biblioteca, cualquier duda la resuelvo con wikipedia o con los diccionarios 'online' correspondientes.
- Empleo cada vez más tiempo leyendo (y conversando) en blogs seleccionados cuyos autores considero mis maestros en este terreno, analizo mapas conceptuales, leo esquemas, veo conferencias por Internet. Picando de aquí y de allá me voy formando en este entorno 2.0 mientras me pregunto si mi próximo artilugio tecnológico será mejor un e-book o un ipad.
- Estoy recuperando la costumbre de escribir que tenía muy olvidada y me doy cuenta que no es lo mismo escribir para uno mismo que redactar un artículo académico o publicar entradas en un blog. Aún ando buscando mi estilo y al paso que voy esto me va a costar lo mio, con la ventaja que durante el camino voy aprendiendo.
- No paro de trastear dándome de alta, luego de baja y nuevamente de alta en conocidas y desconocidas aplicaciones web, buscándo herramientas que me faciliten manejar tanta información. Por ejemplo, con el fin de estructurar mejor todo lo que encuentro en la red y tener una aparente sensación de orden, he empezado a utilizar Google Reader y Delicious.
- En mis intervenciones públicas defiendo, con mejores argumentos, las consecuencias de la transparencia y la libre circulación de ideas en la gestión de la inteligencia colectiva y como influye este nuevo paradigma en el modo de ejercer el liderazgo, pasando de un modelo autocrático basado en las jerarquías a otro participativo construido en red.
- Me preocupo, aún más, por irradiar esta filosofía en el diseño de muchos de mis ejercicios, buscando responsabilizar al participante de su propio aprendizaje, ayudándole a obtener pruebas que le confirmen la sabiduría presente en todos los grupos.
Supongo que todo este trajín me está preparando para adaptarme mejor a la sociedad del conocimiento que describió en su día Hiroshi Tasaka :
- La sociedad del conocimiento es la sociedad donde el conocimiento dejará de tener valor porque será compartido. Lo importante será la sabiduría.
- Hay que estimular la Inteligencia Colectiva para conseguir buenas ideas y las plataformas 2.0 son muy útiles para crear comunidades de innovación.
- El choque cultural que frena el cambio en las organizaciones es una cuestión de 'egos'. Los que tienen el poder han conseguido el éxito con unas creencias conservadoras muy alejadas de las que mantienen los jóvenes defensores de una empresa abierta y ambos creen tener toda la razón. La solución pasa por convertir la organización en un ecosistema empresarial con menos jerarquías y mayor libertad de movimiento y comunicación.
- El capitalismo del futuro será un capitalismo del conocimiento donde todos saldremos ganando.
En el vídeo que aparece a continuación lo explica con mucha claridad:
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