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Las emociones no pensadas alimentan el circuito de la subjetividad |
1º Enhebrar mensajes completos
Otra de mis preocupaciones cuando se
expone en grupo un asunto delicado, es que los participantes aprendan a
enhebrar mensajes completos sin entrar en el
circuito de la subjetividad y se expresen con
frases claras y sin rodeos, del modo más
sincero posible.
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Cómo enhebrar un mensaje completo |
Para tal fin, les anoto en una hoja de rotafolio la secuencia de categorías necesarias para emitir un mensaje con esas características.
La coloco a la vista de todos, frente a quien expone, para que así podamos recurrir a ella en cualquier momento de la exposición.
Cada categoría requiere un vocabulario diferente y para algunos es más fácil expresarse con unas que con otras.
Paso a explicarlas brevemente:
1º Observaciones.
Es el lenguaje descriptivo del técnico, el científico o el investigador cuando redacta un informe. No hay suposiciones, deducciones o conclusiones subjetivas. Se describen únicamente los hechos y se aporta información a partir de lo experimentado por los sentidos.
Los datos, los hechos y las sensaciones que experimentamos son la fuente principal de nuestro conocimiento acerca del mundo exterior y de nuestro propio cuerpo. Sin ellos el pensamiento no sería posible.
2º Pensamientos.
Pensar es concluir, sintetizar, deducir, juzgar, opinar...
Las creencias y los valores son un tipo de pensamiento que aparece al relacionar los hechos con nuestra experiencia y encajarlos en ella. Pensar significa aplicar nuestros modelos mentales limitantes para interpretar la realidad y juzgarla.
Con los ladrillos del pensamiento se pueden construir sólidos prejuicios que defender a capa y espada, pero también elegantes argumentos cargados de lógica y belleza.
Lo cierto es que al compartir lo que pensamos creamos la base del consenso.
3º Sentimientos.
Es la parte más difícil de comunicar y la más importante.
Nuestro "equilibrio emocional" es un sentimiento que depende, en gran medida, del encaje entre nuestras razones y nuestras emociones.
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Las emociones no pensadas son origen de sentimientos confusos |
Los sentimientos aportan un balance continuo sobre nosotros mismos y el exterior imprescindible para averiguar que es importante para nosotros en ese momento, identificar cuales con nuestros deseos y advertirnos si vamos en la dirección correcta,
si debemos claudicar o persistir en nuestros proyectos.
Los sentimientos son tan privados como los pensamientos y al compartirlos, creamos la base de la confianza.
4º Necesidades.
Solo tú sabes lo que quieres, nadie más. Si no pides lo que necesitas, puede que no te lo den. Y si lo pides, puede que te lo nieguen. Un riesgo inevitable que debemos asumir a la hora de hacer peticiones.
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Un mensaje donde falte alguna de esas categorías, se mezclen o confundan, lo percibimos como confuso y subjetivo. Las personas sospechamos cuando los juicios que escuchamos no tienen observaciones que los mantengan y nos sentimos incómodos cuando las peticiones nacen de sentimientos y suposiciones no expresadas.
Sin embargo, un mensaje completo no deja nada fuera. Es claro y preciso, digno de creer porque incluye los cuatro tipos de expresión:
Veo que... y me hace pensar que... Eso me hace sentir... y me gustaría que...
Lo que ves piensas sientes necesitas
Informar con detalle lo que observamos, afirmar claramente cuales son nuestras deducciones, decir como nos hace sentir todo esto y si necesitamos algo o si vemos la posibilidad de cambiar, haciendo peticiones o sugerencias sinceras, es el mejor modo de evitar conflictos y de hilar relaciones productivas sanas y duraderas.
No se puede ir por la vida dando mensajes completos a todo el mundo, pero sin ellos, la intimidad es imposible. Nuestras relaciones cambian, se adaptan y crecen cuando podemos expresar claramente lo que necesitamos sin culpar ni responsabilizar a nadie.
2º Expresarse con claridad puntada a puntada
La mayor parte de los conflictos en un equipo tienen su causa en una comunicación ineficiente.
Los malos rollos y las necesidades no cubiertas tienden a manifestarse de manera inadecuada si los encubrimos o silenciamos. En estos casos, tendemos a buscar consuelo en nuestras relaciones interpersonales y más que relacionarnos auténticamente, utilizamos al otro para una función egoísta, lo manipulamos.
Sin embargo, cuando está permitido
expresar lo que nos enfada o nos preocupa mediante
mensajes completos, pasan dos cosas:
aumenta la empatía y la
compresión en el equipo, y damos a conocer nuestras necesidades, ofreciendo la posibilidad a los demás para satisfacerlas.