miércoles, 12 de marzo de 2025

Cómo desarrollar un liderazgo de película

Próximamente en sus pantallas 

Hace un tiempo, tuve la oportunidad de asistir como espectador a un rodaje.

Gracias a mi amistad con el director y la productora, pude moverme libremente por el set, un privilegio que supe aprovechar con cautela y curiosidad, observando cada detalle del proceso creativo. 

Y en los días que pasé con ellos, me fascinó ver como actores, técnicos y productores eran capaces de trabajar con tanta intensidad y coordinación a las ordenes del director en un proyecto tan efímero.

Las similitudes que encontré con el trabajo en equipo bajo presión fueron evidentes.

Pero lo que más me llamó la atención, fue ver cómo algunos actores eran capaces de transformarse (literalmente) en otras personas durante la filmación, y mantener su personalidad ficticia en las distintas escenas de la película.

Reproducían fielmente los tics, los gestos, la entonación y las maneras de comportarse del personaje que representaban, dando consistencia a una personalidad que no era la suya.

Sin embargo, había otros que siempre eran los mismos, independientemente del disfraz o el papel que les tocaba interpretar. Su actuación era técnicamente correcta, pero se sabía quien estaba actuando y en algunos momentos, sus gestos y su voz parecían forzados. Era como si no pudiesen desprenderse de su “Yo real” y dejasen ver en todo momento quienes eran en realidad.

Para ser un buen actor, es fundamental desarrollar una amplia gama de registros.

No se trata solo de actuar bien y ajustarse al guión, sino de transformarse en alguien que, en la vida real, quizás jamás se querría ser.

Puede que seas una persona reservada y te toque interpretar a un seductor implacable, o que tengas una personalidad amable y debas encarnar a un villano despiadado.

Para lograr esa versatilidad, los actores, durante su formación, participan en procesos terapéuticos diseñados para profundizar en su autoconocimiento.

A través de estos grupos de aprendizaje, exploran su “Yo auténtico" y las experiencias que moldearon y fijaron su carácter en el pasado.

Y un aspecto clave de esta formación es el análisis de las figuras parentales.

Este trabajo terapéutico sobre los padres, permite desentrañar los orígenes de ciertos patrones emocionales y de comportamiento que pueden limitar la espontaneidad y la capacidad de encarnar nuevos personajes con libertad.

Al liberar estos bloqueos, el actor aprende a desprenderse de respuestas automáticas y a abordar cada papel como si escribiera en una hoja en blanco.

Esta metodología es conocida como los grupos Hoffman-Fisher, aunque existen otros modelos terapéuticos que actúan con el mismo fin.

¿Y qué tiene que ver esto con mejorar mi liderazgo?

Mucho.

En el ámbito del liderazgo, este proceso de autoconocimiento tiene una relevancia similar.

Un líder, al igual que un actor, no puede limitarse a una única manera de ser o reaccionar. Debe ser capaz de adaptarse a distintas circunstancias y personalidades, proyectando confianza y autenticidad en cada situación.

Para ello, conocerse uno mismo es esencial: entender de dónde provienen tus patrones de conducta, reconocer qué respuestas automáticas pueden estar limitando tu liderazgo y, en última instancia, desarrollar la capacidad de elegir conscientemente cómo actuar en cada contexto.

Así como un actor debe despojarse de sus bloqueos emocionales para encarnar distintos personajes con verdad y profundidad, un líder necesita hacer un trabajo similar para relacionarse con su equipo desde una comunicación clara y una presencia auténtica.

Tanto la flexibilidad emocional, como la habilidad para adoptar distintos registros sin perder coherencia, son claves tanto en la actuación como en el liderazgo. El verdadero poder del líder radica en conocerse y trascender las propias limitaciones, abriéndose a nuevas formas de ser y relacionarse sin perder la originalidad.

Y ahora te pregunto:
  • ¿Qué parte de tus padres continúan actuando en el desempeño de tu liderazgo?
  • ¿Qué comportamientos y actitudes suyas repites automáticamente en situaciones de presión?
  • ¿Te son útiles ahora o te estorban?

Como dice la paradoja de Eliot: "Sólo aceptando el pasado, somos capaces de cambiarlo"


[Publicado en Linkedin]

lunes, 9 de diciembre de 2024

Cuatro palancas terapéuticas para sanear las relaciones en la empresa familiar

Cuatro palancas terapéuticas


La empresa familiar es una maraña de afectos y desencuentros. Una trama de hilos de colores donde cada reunión de trabajo puede convertirse en un espejo de la dinámica familiar.
 
Por un lado, los lazos de sangre aportan un sentido de compromiso y lealtad difícil de replicar en empresas no familiares. Sus miembros comparten un legado común y un sentido de misión que trasciende la simple búsqueda de ganancias. Sentimientos que pueden ser una fuente de resiliencia y unión en momentos difíciles al fomentar la cooperación y el apoyo mutuo de manera natural.
 
Sin embargo, esa misma maraña afectiva puede convertirse en un campo de tensión.
 
Las disputas sobre la herencia, el control financiero y la distribución de recursos pueden abrir viejas heridas familiares, haciendo que la toma de decisiones sea más reactiva que estratégica.
 
Además, las rivalidades, las expectativas no cumplidas o favoritismos, pueden hacer que los desacuerdos se amplifiquen y las decisiones se vean influenciadas más por emociones viscerales que por un análisis racional. Llegando incluso, en casos extremos, a cometerse actos criminales con el fin de salvaguardar intereses particulares.
 
Para gestionar estas dificultades, es vital establecer una estructura clara de gobernanza. Unos principios de actuación que permitan separar lo familiar de lo empresarial. 
 
Esto puede incluir desde acuerdos informales “entre caballeros”, hasta protocolos escritos que reflejen con detalle cómo manejar los conflictos o cómo resolver los dilemas.
 
En esta maraña multicolor, encontrar un balance entre el calor familiar y las frías necesidades de la empresa es lo que a menudo diferencia el éxito del fracaso. 
 
Normalmente, este tipo de conflictos de relación suelen delegarse al área jurídica o fiscal donde expertos profesionales buscan soluciones inmediatas que ordenen la situación y eviten males mayores. Pero ¿cómo conseguirlo a nivel emocional? ¿qué tareas terapéuticas habría que llevar a cabo para sanear las relaciones sin perder objetividad?
 
Esta es mi propuesta: 
 
1.   Desconectar triángulos.
 

Según Murray Bowen, el sistema familiar mínimo está formado por tres personas, el padre, la madre y el hijo/a y entre ellos circula una tensión emocional que mantiene el triángulo en equilibrio. 

En un momento de sobretensión, uno de los vértices es excluido, culpabilizado o sobreprotegido dando inicio a los problemas graves de comunicación. Por ejemplo, cuando el padre y el hijo/a se alían, dejando fuera a la madre.
 
En términos generales, la triangulación se da cuando una tercera persona se involucra en la relación entre dos para reducir la tensión o el conflicto entre ellas. 
 
Cuanto más intensa es la relación, más probable es que se incluya a un tercero. Puede ser un acto consciente o inconsciente, y aunque a veces alivia la ansiedad, a la larga no resuelve el problema central y puede complicar las relaciones en el futuro.
 
Supongamos que una pareja de padres está discutiendo constantemente y siente tensión en su relación. En lugar de hablar directamente y resolver sus problemas, uno de ellos (o ambos) comienza a centrar toda su atención en el hijo. Esto puede traducirse en una excesiva preocupación por el comportamiento o el rendimiento del niño. El hijo se convierte así en una especie de "distracción" que desvía la atención del verdadero conflicto: la tensión entre los padres. 
 
En este caso, la triangulación se manifiesta en cómo el hijo es involucrado de manera indirecta para reducir el estrés de la pareja.
 
En una empresa familiar, por ejemplo, el padre (fundador y director general) y su hijo mayor (director de operaciones) tienen un conflicto recurrente sobre la implementación de nuevas tecnologías. El padre se resiste a los cambios y prefiere métodos tradicionales, mientras que el hijo insiste en la modernización. Ante esta tensión, el padre involucra a la hija menor (directora de finanzas), buscando apoyo para su postura tradicional.

La hija, queriendo evitar confrontaciones, se alinea con el padre y empieza a criticar al hermano. Esto refuerza el conflicto entre el padre y el hijo, mientras la dinámica entre los tres miembros se enreda y la comunicación directa entre el padre y el hijo se deteriora aún más.
 
Imaginemos otro caso de triangulación fuera del ámbito familiar, donde un empleado tiene un conflicto con su jefe por la carga de trabajo o las expectativas y en lugar de confrontar directamente al jefe, el empleado empieza a quejarse con otro colega o incluso con un supervisor diferente. Aquí, el tercer colega se convierte en parte del triángulo. Esta maniobra puede ayudar al empleado a desahogarse, pero a la larga, puede generar chismes, malentendidos y un ambiente de trabajo tóxico.

Desconectar triángulos implica restaurar las relaciones a su forma más directa y resolver los problemas en el núcleo del conflicto, en lugar de desplazar la tensión hacia terceros. Esto requiere tomar conciencia de la dinámica en juego, voluntad de enfrentar los problemas centrales y aprender habilidades de comunicación. 
 
2.   Pulir la diferenciación de un mismo
 

La diferenciación tiene que ver con el impulso vital que nos lleva a actuar como seres autónomos, con metas, intereses y propósitos propios.
 
Existen distintos grados.
 
Cuando una persona está muy diferenciada, su forma de sentir, pensar y actuar se asemeja poco a la de su familia de origen. Por el contrario, cuando está poco diferenciada sus creencias y comportamientos son muy similares.
 
Cuando un miembro de la pareja se absorbe tanto en la cultura familiar del otro, pierde diferenciación. Igualmente, si es absorbido por la cultura familiar propia.
 
En el contexto empresarial, una persona con mayor diferenciación individual debe ser capaz de establecer límites saludables entre sus relaciones familiares y su rol laboral. Debe tomar decisiones de forma independiente y ser capaz de decir "no" a la presión familiar cuando crea necesario.
 
3.   Amansar los conflictos
 

En las empresas, como en las familias, el conflicto es inevitable, lo contrario sería la indiferencia, lo cual podría ser aún peor. 
 
Los conflictos son importantes en función de la intensidad y la medida en que afectan a la toma de decisiones. 
 
En la familia empresaria las disfunciones comprenden tres patrones básicos: 
 
Conflicto marital. Cuando la tensión familiar se reorienta hacia la relación de pareja, haciéndola conflictiva.
 
Si los fundadores de la empresa son una pareja casada y están pasando por una crisis grave, las reuniones de dirección podrían volverse poco productivas. Las diferencias personales podrían llegar a enfrentamientos abiertos, debilitando la autoridad de ambos y el liderazgo ante los empleados.
 
 Disfunción de un cónyuge. Cuando uno de los cónyuges se somete al otro para aliviar la tensión, pero al mismo tiempo incrementa su ansiedad y su resentimiento al perder diferenciación.
 
Cuando el resentimiento crece, se refleja en una falta de implicación o actitudes hostiles que afectan al funcionamiento del equipo.
 
 Focalización en un hijo. Cuando la ansiedad se vuelca hacia uno de los hijos (sobreprotegiéndolo o culpabilizándolo), que es quien terminan interiorizando las tensiones.
 
Si un padre ve a uno de sus hijos como el “salvador” de la empresa (suele ocurrir con el primogénito varón con el mismo nombre que el padre) y pone toda la carga de la continuidad del negocio en sus hombros, el hijo puede sentirse abrumado o rechazar el puesto por no ser su decisión. 

Amansar los conflictos se refiere a la capacidad para abordar las tensiones inevitables que surgen en las relaciones empresariales y familiares de manera que se reduzca su intensidad y sus efectos negativos. Esto implica aprender modelos de comunicación efectiva donde transformar los conflictos, en lugar de permitir que degeneren en dinámicas disfuncionales que afecten a la toma de decisiones y la convivencia. 

4.   Cortar por lo sano
 

El corte emocional se refiere a cuando la solución de los conflictos pasa por la ruptura con la unidad familiar. Cuando los encuentros familiares son dolorosos, las reuniones son menos frecuentes y en algunos casos tienden a desaparecer. 
 
Existen distintos grados. Desde el corte emocional completo hasta reducir los contactos a lo justo.
 
Lo cierto es que la familia, si no la cohesiona el amor, se convierte en una institución neurótica, que genera rechazo y violencia. En ese caso, es mejor disolver la relación y a partir de ahí, construir nuevos canales para la afectividad.
 
En las relaciones personales, nos aferramos a lo conocido, incluso si nos hace infelices, porque lo conocido da la sensación de seguridad. Cambiar significa soltar, y eso puede asustar o doler. Sin embargo, este soltar es necesario para que algo nuevo tenga espacio en nuestra vida. 
 
Ignorar los aspectos emocionales de la trama familiar puede dar la ilusión de eficiencia a corto plazo, pero solo un enfoque que combine lo técnico con lo emocional garantiza la sostenibilidad y la armonía en las empresas familiares a largo plazo. 

[Publicado en Linkedin]

viernes, 11 de octubre de 2024

¿Por qué es tan difícil un liderazgo flexible?


El modelo Cynefin


Ante un estado de confusión ⬛️, uno de los retos del liderazgo es saber cuando intervenir y cuándo dejar de hacerlo para que el equipo busque soluciones por su cuenta.

El modelo CYNEFIN, creado por Dave Snowden, identifica cuatro contextos que demandan estilos de liderazgo y metodologías bien distintas:

🟦 Liderazgo directivo cuando las relaciones causa-efecto son CLARAS.

🟩 Liderazgo experto cuando esas relaciones se COMPLICAN y ya no son tan evidentes.

🟧 Liderazgo facilitador cuando el problema es COMPLEJO y solo se entiende buscando patrones en el pasado.

🟥 Liderazgo autoritario cuando la urgencia requiere una respuesta rápida y contundente para contener el CAOS

En lugar de aplicar un enfoque único para cualquier problema, este modelo propone un liderazgo flexible que permita adaptarse a las necesidades del contexto, seleccionando el estilo y la metodología más adecuada.

¿Y por qué es tan difícil hacerlo ?


1. Porque no sabemos dónde estamos y no queremos saberlo. La ignorancia puede actuar como un refugio emocional para evitarnos el dolor, el estrés o la incomodidad de decidir. Al menos por ahora.

2. Presión por resultados inmediatos. Cuando tomamos decisiones de manera impulsiva o sin tiempo para evaluar las consecuencias, aumentamos la probabilidad de cometer errores. A menos que estemos apagando un fuego.

3. Falta de conciencia y adaptabilidad. Si no somos conscientes de un problema, no sentimos la necesidad de clasificarlo en un contexto y actuar. El "darse cuenta" es disruptivo por naturaleza, porque supone un cambio en la forma de entender y hacer las cosas. 

4. Confundir lo complicado con lo complejo. Lo primero requiere la participación de expertos, lo segundo no tiene una solución fija y requiere iterar y adaptarse.

5. Cultura organizacional rígida. En empresas donde se premian los resultados rápidos y las decisiones son jerárquicas, un estilo colaborativo o experimental puede ser visto como una perdida de tiempo, aunque sea nomás adecuado para problemas complejos.

6. Incapacidad para gestionar el caos, simplificando excesivamente las cosas. Pasar del caos al orden proporciona una sensación inmediata de control y estabilidad, pero también supone muchos desafíos y problemas ⚠️ cuando no sabemos soltar en su momento y dejar hacer. En este sentido, las organizaciones deben evitar tras el caos que el liderazgo autoritario se perpetúe y mate para siempre la innovación.

¿Se te ocurre alguno más?

[Publicado en Linkedin]

lunes, 10 de junio de 2024

Conversaciones que maduran equipos


Conversaciones de equipo

No digo que no tenga su gracia o sea necesario cuando un equipo está verde de confianza. 

Pero si queremos organizaciones saludables que nos enriquezcan y nos hagan madurar como personas, tendremos que dar un paso más.

Y en lugar de llevar a los empleados a una barbacoa comunitaria o pasar el día entre juegos y desafíos en la montaña o en el mar. Hacer lo que esté en nuestras manos para cultivar un terreno común de entendimientos. Un espacio fértil de diálogo donde se pueda cuestionar de modo seguro la forma en que se trabaja.

Tarea necesaria para la mejora continua, el cambio y la innovación.

Porque cuando se conciben las buenas relaciones y el buen rollo en la empresa como un fin en sí mismo, nos puede llevar a tremendas confusiones. 

Y se empieza a instalar entre nosotros una careta social que la gente aprende a gestionar rápidamente.

Todos participan con entusiasmo porque saben que no hacerlo está mal visto, pero pocos reconocen su efectividad o sus consecuencias en el lugar de trabajo.

Si queremos equipos maduros, tendrán que madurar también sus conversaciones.

[Publicado en Linkedin]


martes, 19 de diciembre de 2023

Ni el liderazgo ni la dirección son ciencias exactas


Seis estilos y cuatro áreas donde enfocar la gestión


A diferencia de la física o las matemáticas que se basan en leyes y principios precisos, la dirección de equipos implica tratar con personas diversas, cada una con sus propias experiencias, personalidad y motivaciones. Los seres humanos somos inherentemente complejos, maniáticos y no siempre nos comportamos de manera predecible.

Además, el entorno y las circunstancias donde se ejerce el liderazgo están en constante cambio. Nos vemos afectados por multitud de factores que pueden variar rápidamente. Esto hace aún más difícil establecer reglar fijas y exactas para todas las situaciones. 

Para reducir esta incertidumbre, los modelos de gestión pueden ser útiles, al ofrecer un marco estructurado de conceptos que nos pueden servir de guía en momentos difíciles. Los modelos proporciona una base para tomar decisiones informadas, identificar problemas y aplicar estrategias o comportamientos que han demostrado ser exitosos en el pasado. Aunque no por ello son infalibles. 

Estos modelos destacan las habilidades clave que los directivos deben desarrollar y promueven la consistencia en el ejercicio del liderazgo. Cuestión especialmente importante en entornos empresariales donde la coherencia en la toma de decisiones y la aplicación de políticas de recursos humanos homogéneas puede contribuir a un entorno laboral más estable. 

Lo cierto es que la distancia entre una supervisión minuciosa del equipo y el liderazgo inspirador es abismal, y puede conceptualizarse a través de un continuo que abarca diferentes estilos de gestión. 

Diferentes estilos de gestión

Mientras que en un extremo, el liderazgo se centra en construir una visión atractiva y promover una cultura  organizativa orientada a los objetivos; en el otro, los directores ponen el foco en la eficiencia, la planificación y la supervisión de las operaciones diarias. 

El liderazgo es inspirador y la dirección es práctica, le pone los pies en la tierra.

Muchas empresas están sobredirigidas e infralideradas


Dirigir implica gestionar tareas personas

En su máxima expresión, el microgestor mantiene un alto nivel de control sobre las tareas de los empleados. Tiende a supervisar rigurosamente el trabajo de su equipo. Le cuesta delegar. Suele dar instrucciones específicas y poner atención en el desarrollo de cada una de las fases del proyecto. A la vez, este estilo de gestión tan cercano, favorece el contacto emocional con los empleados, permitiendo al directivo conocer en todo momento el estado de sus necesidades. 

Si bien este nivel de intromisión puede ser beneficioso en ciertas situaciones, como cuando se trabaja con personas con escasa experiencia o en proyectos de alto riesgo, también puede conducir a falta de autonomía, perdida de confianza y desmotivación entre los empleados.  

Liderar tiende a ser lo opuesto

La macrogestión tiene que ver más con el liderazgo visionario, con la figura del estratega carismático amado y temido por sus seguidores. En la empresa familiar, esta figura la encarna el fundador. 

El macrogestor se rodean de personas de su confianza. Delega. Les permite que se hagan cargo de su trabajo, que tomen decisiones de forma independientes y rindan cuentas al terminarlo. Su foco está en los grandes objetivos estratégicos. En crear referentes culturales que muestren cómo se hacen las cosas en la organización que lidera. Todo ello, sin inmiscuirse en detalles, lo que permite al equipo trabajar con autonomía en busca de sus propias soluciones. 

Este estilo de gestión fomenta la creatividad, la innovación y el sentido de pertenencia entre su gente. 

El liderazgo efectivo radica en encontrar un equilibrio adecuado entre los dos extremos.

martes, 7 de noviembre de 2023

El liderazgo ejemplar apunta hacia objetivos nobles

No es necesario apuntar hacia la diana, sino hacia uno mismo

En el tiro con arco: misticismo para liderar la flecha


Cuenta el filósofo Herrigel en su libro "Zen en el arte del tiro con arco", que después de cuatro años de práctica y estudio del Kyūdō (弓道:きゅうどう?su maestro Awa Kenzô  le pidió, a modo de última prueba, que tirase a una diana situada a sesenta metros de distancia.

- ¿Cómo debo sostener el arco para alcanzar esa distancia? -preguntó Herrigel.

Y el maestro le contestó: 
Awa Kenzô

Tire como de costumbre, sin preocuparse del blanco. 

Intrigado, protestó:

- ¡Pero... habrá que apuntar, a pesar de todo! ¿no?

El maestro hacía oídos sordos e insistía en que no apuntase. Que no pensase ni en el blanco ni en alcanzarlo, en definitiva, que no pensase en nada:

Solo tienes que tensar el arco, le dijo, hasta que la flecha salga disparada. Hay que dejar que la cosa se haga. 

Ante el estupor de Herrigel, el maestro le arrebató el arco y lo tensó al máximo. Y la flecha salió disparada alcanzando el centro de la diana.

-He cerrado los ojos lentamente hasta que el blanco se me ha hecho borroso, le dijo al discípulo. 
He tenido la impresión de que se aproximaba a mí, cosa imposible si no estas concentrado. Si el blanco y el tirador consiguen ser Uno, entonces, cuando la flecha sale disparada del centro entra en el centro. No es necesario apuntar hacia la diana, sino hacia uno mismo

A pesar de la explicación, Herrigel no entendía nada y continuaba afanándose en apuntar con destreza a la diana. Entonces, el maestro, con tono severo le dijo:

-Si quiere solo mejorar la técnica para tirar con el arco, yo no puedo hacer nada por usted. 
Yo no soy más que su maestro espiritual. 

En el Zen hay que practicar y practicar sobre uno mismo, sin meta ni espíritu de provecho. No se trata de competir, sino de encontrar paz y dominio de sí. Ese es el objetivo del Zen. Ahora bien, la mayoría de la gente siempre quiere alcanzar algo, conseguir algo, busca tener en lugar de ser

Solo después de años de práctica y cuando hubo comprendido la importancia de la concentración en el ritual de tiro, Herrigel abandonó su apego a la técnica y pudo por fin lograr el blanco.

En la dirección de personas: misticismo en el liderazgo


Casi cien años después, en su libro "El desafío del liderazgo" , Kouzes y Posner, no descubren nada nuevo. Después de un estudio exhaustivo de miles de testimonios y encuestas a lideres exitosos concluyen: 


Según Kouzes y Posner
La herramienta del liderazgo es el yo y el dominio del arte del liderazgo proviene del dominio del yo. Un ingeniero tiene ordenadores; un pintor, un lienzo y pinceles; un músico, instrumentos. 
 
Un líder solo se tiene a sí mismo.  
 
Convertirse en el mejor líder posible significa convertirse en tu mejor yo posible. Y este desarrollo personal no implica absorber una gran cantidad de información ni probar la última técnica. Es cuestión de sacar lo que está en tu alma. Liberar al líder que hay en tu interior. 
 
Y todo empieza mirando hacia dentro. 


Para aterrizar la idea, nos desvelan cinco prácticas y diez compromisos que los directivos de éxito utilizan para conseguirlo. 

Liderar, según ellos, no es cuestión de personalidad sino de comportamientos y las cinco prácticas están a disposición de cualquiera que asuma el desafío del liderazgo. 

Sin mencionar una metodología o técnica concreta, el estudio enumera las pautas de actuación para ejercer un liderazgo ejemplar en las organizaciones. 

Los autores describen un conjunto de modelos, de carne y hueso, impregnados de una fuerte tonalidad moral: si os comportáis como decimos, marcareis la diferencia. Nada distinto a la monserga habitual que vocean algunos expertos sobre el tema.

Aquí, como en el caso del arquero, se insiste en la experiencia interna y el compromiso del principiante, como requisito para un liderazgo ejemplar. Para convertirse en el líder que se aspira a ser hay que dedicar tiempo a conocerse, y ademas, tomárselo en serio. Por este motivo, el desarrollo del liderazgo es fundamentalmente desarrollo personal.

Si bien ha estado siempre unido a la planificación y la acción, es curioso ver como aspectos místicos tan alejados de la razón como la meditación, la visualización o la conexión profunda con valores y creencias personales, pueden ser herramientas poderosas para que el liderazgo apunte hacia objetivos más nobles y motivadores, que de verdad importen, con mayor determinación y enfoque.

sábado, 4 de febrero de 2023

Cuatro ritos y un funeral (para las organizaciones que no los tengan).

Bajo la luz del Zen, cualquier comportamiento o actividad es susceptible de convertirse en
Elementos culturales de una organización.
ritual:

  • vestirse
  • fregar los platos
  • preparar una reunión 
  • celebrar un aniversario

...siempre que lo hagamos a plena conciencia

Para el Zen, la forma de hacer las cosas, es un ritual en sí misma.  

Cuando ponemos toda nuestra atención en aquello que nos ocupa, sea lo que sea, lo estamos ritualizando. Estamos creando un tiempo y un espacio sagrado que abre la posibilidad de experimentar una manera diferente de estar en el mundo, de vivirse y percibirse uno mismo como a los demás. 

Sin embargo, por los motivos que sean, no siempre ponemos conciencia en todo lo que hacemos, y muchos de los ritos que ocupan nuestra vida pasan desapercibidos o no alcanzamos a ver su significado porque los realizamos de manera descuidada o casi automática.

Los rituales son pilares de todas las doctrinas y religiones, y su importancia en las organizaciones es enorme porque influyen en multitud de comportamientos. 

Estos actos, repetitivos y pautados, vertebran y cohesionan al grupo creando comunidad entorno a una idea, un producto o una persona. Digamos que es una forma de adoctrinamiento organizativo que busca afirmar la identidad de las personas y renovar su sentido de pertenencia; perpetuar la cultura del grupo.

En las organizaciones, los ritos expresan “cómo se hacen aquí las cosas”, dicen lo que las palabras callan e influyen en la percepción que tenemos de la marca y su potencial para atraer o repeler talento. 

Su poder simbólico es inmenso. 

De hecho, la marca más valiosa del mundo tiene rituales para la presentación de sus novedades, la apertura de tiendas y la despedida de un compañero de trabajo , y por si fuera poco, muchos de sus fans consideran a su fundador como un dios.

Los rituales de marca ensalzan las propiedades del producto en la mente del consumidor, hacen que se sienta parte de un colectivo particular y refuerza la lealtad a la marca. 

El adoctrinamiento de los rituales organizativos

Ángel Aguirre los clasifica de este modo: 
  1. de entrada o iniciáticos
  2. de orden o jerarquía 
  3. de caos o de fiesta
  4. de salidadespido o jubilación 
Los rituales de entrada son los modos que utiliza y exhibe la organización para seleccionar, acoger e integrar a los nuevos empleados. 

En cualquier organización existen procesos más o menos estructurados para reclutar e incorporar personal, pero cada una lo hace a su manera, dándole una importancia y un cuidado que las hace únicas:

  • las técnicas de reclutamiento
  • el proceso de selección de personal
  • las entrevistas a los candidatos
  • la firma del contrato
  • la integración y capacitación 
  • la presentación formal a colegas y jefes
  • la asignación de un mentor
  • la participación inicial en reuniones de la empresa

Los rituales de orden muestran la división jerarquía de la organización conforme al organigrama o la meritocracia. El hecho de tener poder y mandar, configura a su alrededor los más variopintos rituales de orden, como son el uso del espacio para marcar distancia, los símbolos, los rituales de espera antes de ser atendido, el valor del tiempo, el vestuario, etc. 

Los rituales de orden modelan la estructura de mando y muestran quién tiene aquí el poder:

  • Reuniones periódicas del consejo de familia, de administración, etc. 
  • Comunicaciones oficiales 
  • Ceremonias de promoción o reconocimiento a empleados
  • Formación directiva
  • Eventos de networking exclusivo para ejecutivos
  • Presentación de informes financieros a inversionistas o accionistas

En el caso del Protocolo familiar y el Código Ético, el poder que mantienen la estructura es principalmente de orden moral. 

Cuatro rituales para cuidar, renovar o sustituir

En los rituales de caos se invierten los valores que vive el grupo en ese momento. Se destruye por un tiempo el orden habitual en la organización para reconstruirlo más tarde de nuevo. A mayor destrucción, más fuerte será la instauración del orden. 

Mediante el alboroto recreativo de una celebración de empresa, se desordena al grupo en distintos grados, pudiendo llegar al extremo de abusar de la bebida, tener escarceos amorosos con compañeros, parodiar a los jefes, provocar actos de gamberrismo, etc. 

Estos rituales festivos se utilizan tanto para celebrar éxitos como para superar crisis internas de comunicación o como fórmula rápida para integrar nuevas incorporaciones. 

Las vacaciones y el tiempo de descanso son también rituales festivos necesarios para distinguir el tiempo de trabajo del tiempo de ocio. 

Los eventos deportivos o de entretenimiento, como los "Outdoor Training", entran también dentro de esta tipología.

Los rituales de salida tienen como función elaborar el duelo de la pérdida.  Este tipo de rituales apenas son considerados en la empresa, al dar por sentado que el que se va, ya no interesa y eso es un grave error. El valor de la información que se obtiene en una entrevista de salida es incalculable. 

Los rituales de salida pueden ser:

  • de destitución
  • de jubilación, o
  • de deceso

Los rituales de destitución, cese o despido a veces se realizan a toda prisa y de forma oculta o enigmática, tanto si el afectado lo ha decidido por voluntad propia, como si responde a motivos difíciles de explicar. Despedir bien es un arte y hay que hacerlo de la manera más humana, constructiva y asertiva posible. Por otra parte, comunicar al grupo lo ocurrido, rebaja la tensión y atenúa la ansiedad provocada por la incertidumbre.

Los rituales de jubilación son ceremonias de salida muy importantes para la reputación de la empresa. Los jubilados han dejado gran parte de su vida en ella y probablemente han hecho grandes sacrificios. Ahora les espera un nuevo modo de ocupar el tiempo que muchos han de inventar. Estas personas se merecen un agradecimiento y el ritual escenifica una lección sobre cómo tratará la empresa a sus empleados cuando les llegue el momento:

  • Comunicación formal por parte de la empresa
  • Celebración de un evento de despedida en honor del jubilado
  • Despedida formal con colegas y superiores

Los rituales de deceso se refieren al fallecimiento de algún empleado y tienen mayor importancia cuando ha sido en accidente laboral. Si alguien fallece, la empresa ha de volcarse con los afectados y mostrar su dolor con toda la intensidad que le sea posible:  

  • Comunicación con la familia
  • Comunicación formal a la empresa
  • Representación en el sepelio
  • Lectura de un panegírico

martes, 1 de febrero de 2022

Seguridad Psicológica: ¿un factor necesario en los equipos?

Seguridad Psicológica
Como cultivar la Seguridad Psicológica en la jerarquía de necesidades de Maslow


Amy Edmondson practica la meditación desde hace tiempo.

Dice que ese hábito saludable le ayuda inmensamente en su ejercicio de liderazgo a estar presente mientras trabaja y con los pies en la tierra; y con esa actitud, se dedica a investigar en Harvard la influencia de la seguridad psicológica en el aprendizaje de los equipos y las organizaciones. 

La seguridad psicológica es la idea que mantiene una persona sobre lo amenazante o gratificante que es asumir riesgos interpersonales en el trabajo, como admitir un error, hacer preguntas o plantear ideas atrevidas, y se relaciona positivamente con la innovación y el aprendizaje. 

Es un factor cultural clave en las organizaciones ágiles, al permitir que aparezcan conversaciones francas y rigurosas sobre prioridades estratégicas aún por definir. 

Así lo confirmó Google, cuando en su investigación sobre las características de los equipos efectivos, conocida como Proyecto Aristóteles (que puedes conocer pinchando aquí) descubrió que la seguridad psicológica no era tan solo un factor más, sino el más importante. Por encima incluso, de los perfiles de las personas que forman los equipos. 

Según A. Edmondson, cuando no hay seguridad psicológica, nadie quiere parecer:

Sin ella es difícil sacar provecho del debate y la confrontación, porque son pocos los que se atreven a hablar y muchos los que callan por vergüenza o miedo. Y aprender en equipo trata precisamente de lo contrario: de arriesgarse a compartir dudas, de estar dispuesto a decir la verdad y reconocer que esa verdad podría no coincidir con la verdad que defienden los demás.  

Es un clima caracterizado por la franqueza, lo cual no significa que sea un ambiente confortable. Pero claro, la motivación principal de un equipo no es trabajar para ser felices, sino estar juntos para resolver problemas que importan y para hacerlo, afrontar conversaciones difíciles es inevitable. 

Además ¿de qué sirve atraer y retener talento si nadie puede decir lo que piensa?

La seguridad psicológica es la creencia compartida de que no seremos castigados, humillados o rechazados al exponer nuestras opiniones al grupo, por equivocadas o ridículas que sean. Nuestra autoestima estará a salvo, de ahí que las habilidades comunicativas y nuestros diálogos internos jueguen un papel determinante en su construcción, pues según digamos las cosas y como aceptemos las críticas, nos lo tomaremos mejor o peor. 

No todas las ideas serán buenas, algunas pueden parecer estúpidas o que les falta un "hervor", pero hablar sobre estas cosas es parte esencial del proceso creativo que nos ayuda a encontrar sentido en lo que hacemos. 

¿Es necesario cultivar la seguridad psicológica?

No. La seguridad psicológica NO es un factor necesario para que el trabajo salga adelante. 

No es algo imprescindible para que un entorno laboral se califique como adecuado. 

Tener un empleo que cubra las necesidades fisiológicas y de (cierta) seguridad puede ser suficiente para que las cosas funcionen. De hecho, es lo que utilizan como reclamo muchas organizaciones en sus procesos de reclutamiento y selección, o lo que terminan haciendo algunas otras por descuidos en sus procesos de alineamiento.

Estos dos factores no crean una ventaja competitiva para la organización. Simplemente satisfacen necesidades básicas que liberan a las personas de preocupaciones terrenales para que se centren en hacer un buen trabajo. Tal y como les dicen que lo hagan.

Por el contrario, cultivar la seguridad psicológica  que es un ventaja competitiva porque posibilita una organización más comprometida, más ágil y capaz de transformación. 

Como responsable de equipo: tú eliges. 

domingo, 14 de febrero de 2021

Alinear un equipo o hacerlo más ágil, solo es cuestión de creencias.

Creencias básicas de un paradigma cultural (según E. Schein)

Si  te has planteado alguna vez estas preguntas y tienes respuesta: 

¡Enhorabuena! 

Acabas de descubrir como participas en el paradigma cultural de tu organización. En qué medida te encuentras alineado con ella. 

Cualquier incoherencia entre tus respuestas y como ves que se hacen las cosas, te hará sentir mal. Cualquier solución a un problema que coincida con tus suposiciones, reforzará tu modo de actuar y tu sentido de pertenencia.

¿Qué son las creencias?


Son mensajes que nos repiten desde la más tierna infancia nuestros padres, profesores y otras figuras de autoridad de nuestro entorno y que nos tragamos en su momento sin masticar, dándolos por verdaderos. 

Teoría X
Estos mensajes poderosos alimentan, para bien o para mal, nuestros diálogos internos y afectan a nuestra autoestima y a las actitudes que mostramos hacia los demás.

Definen nuestra identidad y constituyen los límites de nuestras capacidades y nuestra valía:

"Tanto si crees que puedes, como si no, estás en lo cierto"

Henry Ford 

Las creencias se almacenan en nuestra memoria y son de naturaleza bipolar porque agrupan inevitablemente las experiencias en:

  • posibles o imposibles
  • buenas o malas, 
  • positivas o negativas, 
  • seguras o peligrosas
  • ...

Este agrupamiento adaptativo nos permite conceptualizar al instante cualquier hecho, incluirlo dentro de una de esas categoría y tomar decisiones con rapidez. Nos facilita identificar de inmediato cualquier situación compleja y predecir resultados a partir de generalizaciones de manera casi automática.

En este sentido, se podría decir que son mágicas, porque además tienen el poder para hacer que las profecías se cumplan.

Si presupongo que las personas son vagas o irresponsables, seguramente me fijaré en su holgazanería y mi predisposición será desconfiar de ellas y actuar como fiscal implacable, creando mecanismos de control que midan minuciosamente sus progresos.

Si la experiencia confirma mis sospechas, cosa muy probable con esa actitud detectivesca, elaboraré mapas mentales con los que analizar casos similares y hacer generalizaciones que se conviertan en ley: "si no estás encima, el trabajo no sale adelante".

Así es como se establece un patrón de "éxito", un sesgo confirmatorio que se trasmite de padres a hijos, de generación en generación. Como el pecado original. 

Pero ¿cómo creemos que son realmente nuestros empleados? 

El cuestionario
Con ánimo de aportar luz en la respuesta, cuando estoy con un grupo de directivos, aprovecho para pasarles un sencillo cuestionario donde detectar sus creencias sobre la naturaleza humana respecto al trabajo. 

Elaborado a partir de los supuestos de la Teoría X y la Teoría Y de McGregor, los resultados muestran nuestro porcentaje de adhesión a la concepción del ser humano que describe cada teoría, negativa para la X y positiva para la Y.

El ejercicio no encierra ningún misterio, pero nos permite iniciar conversaciones sobre las diferencias individuales que descubrimos a la hora de dirigir y darnos cuenta de muchas cosas. 

La mayoría son partidarios de la Teoría Y más que de la X, lo cual no es ninguna sorpresa. 

Esta presunción optimista del ser humano es mayor entre directivos jóvenes, con poca experiencia y más frecuente entre trabajadores del conocimiento que entre los que desempeñan sus responsabilidades en entornos rurales o en sectores donde el trabajo manual es muy importante. Pero todos, sin excepción, suponen que son las necesidades de orden superior las que dominan a las personas.

Siendo así ¿dónde están los partidarios de la Teoría X

Y si ya no existen ¿porqué continuamos dirigiendo bajo los supuestos de la X?

Los paradigmas culturales son cúmulos de creencias compartidas.

Cualquier transformación organizacional necesita de un nuevo paradigma cultural que la movilice. Y entre las creencias básicas que lo forman, el significado que demos al ser humano es la más importante.  

Teoría Y
Aunque muchos dicen sostener la Teoría Y, en la mayoría de organizaciones, los procesos de RRHH parecen estar diseñados para desconfiar de las personas y controlarlas: cámaras, registros de asistencia, reglamentos, sanciones, evaluaciones, algoritmos... 

Están pensados para no perderlas de vista, para asegurarse que están haciendo lo correcto y "progresan adecuadamente", en lugar de confiar en que si las personas están alineadas harán lo que tienen que hacer y lo harán lo mejor que saben.

Es difícil imaginar una organización ágil y flexible dirigida bajo los supuestos de la Teoría X. Desde una torre de control alejada de los motivos que impulsan a las personas ha hacer un buen trabajo. 

Cuando hay que tomar decisiones con rapidez, la autoridad no puede quedar relegada a unos pocos en la cúspide. Ha de filtrarse por todos los departamentos hacia abajo para promover una comunicación interna eficiente que permita a las personas actuar con mayor autonomía y responsabilidad.

Los paradigmas cambian cuando cambiamos

Los paradigmas culturales no son fáciles de cambiar porque no son construcciones mentales ajenas a nosotros.

Este cúmulo de ideas filosóficas, religiosas, antropológicas, ecológicas, etc. configuran la cultura profunda de un grupo, las creencias básicas que comparten sus miembros acerca de como funciona el mundo y que sirven como marco de referencia difuso, pero poderoso, para tomar decisiones rápidas en contextos de incertidumbre.

El paradigma ágil irrumpió en las organizaciones con la finalidad de adaptase mejor y más rápido a los cambios. Una filosofía de trabajo en equipo con principios y valores sencillos de entender y muy prácticos, recogidos en un manifiesto que este mes cumple 20 años. 

Ahora bien  ¿de verdad nos sentimos alineados con ellos?.

martes, 2 de febrero de 2021

Cómo influyen las microestructuras en la cultura de aprendizaje y colaboración

Un salón de actos
  • Un salón de actos sin luz natural.
  • Una sala estrecha con una única mesa.
  • Aulas con bancos atornillados al suelo.
  • Pupitres que recuerdan al instituto.
  • Mesas dispuestas en forma de U.
  • Sillas en círculo sin mesas.
  • Sentados a la sombra de un árbol 
Estas son algunas de las microestructuras tangibles que nos podemos encontrar cuando trabajamos con grupos. 

Las microestructuras son (según Keith y Henri) los espacios físicos donde nos relacionamos y aunque parezcan poca cosa, su impacto en el aprendizaje y la innovación es enorme. 

Están diseñadas para vender, formar, debatir, co-crear, controlar o una mezcla de todas ellas y nos pueden facilitar o entorpecer la forma de trabajar y colaborar con otros.

De hecho, su importancia es tal, que un pequeño cambio en alguno de sus elementos, puede marcar la diferencia entre sufrir una sesión poco participativa y aburrida o disfrutar de otra mucho más animada y productiva, porque bajo cualquier cosa que hagamos, siempre habrá una estructura, mejor o peor, que soporte o guíe lo que estemos haciendo. 

Una sala estrecha con una única mesa 
En las microestructuras están incrustados los permisos que la organización concede para movernos y conectar libremente entre nosotros. Esto incluye los límites para modificar la disposición de las mesas, mover las sillas o utilizar las paredes para pegar post-it o cubrirlas de cartulinas (aquí puedes leer el Manual para nuevos empleados de Valve que es todo un prodigio de libertad en el lugar de trabajo). 

Espacio físico, comunicación y poder


El espacio, sea físico o simbólico, es un estructura decisiva para la comunicación humana, porque el mundo material que nos rodea puede condicionar nuestro modo natural de relacionarnos, incluso cuando lo percibamos como incuestionable:

  • ¿Abrir o cerrar los espacios de trabajo?
  • ¿Ventanales con vistas al exterior o claraboyas para evitar distracciones?
  • ¿Qué tamaño ha de tener el despacho del jefe?
  • ¿Qué forma la mesa de reuniones del consejo de dirección?
  • ¿Acondicionamos una sala para formación o utilizamos la multiusos? 
  • ¿Con qué mobiliario?

Un círculo de sillas
Muchas veces las respuestas se dan por supuestas, bien porque se desconoce su impacto en la cultura organizativa o porque se basan únicamente en criterios estéticos, de presupuesto o de continuidad, porque siempre ha sido así

Sin embargo, su papel es muy importante en la creación del espíritu corporativo, al facilitar o entorpecer la aparición de actitudes y comportamientos en la toma de decisiones que formarán parte de la cultura de la empresa

El caso es que cuando las organizaciones remodelan sus espacios, lo hacen para mejorar el rendimiento y dar a las personas un significado especial, para mostrarles cómo quiere que se hagan las cosas de manera eficiente.

El espacio se convierte en estos casos no solo en un contenedor para el poder, sino en un medio mediante el cual el poder se comunica:

La manipulación del espacio se contempla como un elemento integral para capturar el corazón y la mente de las personas. Reordenar los espacios de trabajo, es un intento organizativo para influir en la cultura y apropiarse de la identidad de los empleados.

 'Materiality at work'  Lisa Conrad & Nancy Ritcher

Las microestructuras suelen venir impuestas y no siempre la organización es consciente de su influencia cultural. El caso es que evidencian normas no escritas, pueden revelar valores corporativos contrarios a los declarados y muestran, a quien quiera verlo, cuál es realmente el valor de las jerarquías.


Estructuras de una organización que aprende (adaptado de "Liberating Structures")